Cómo superar el síndrome de estrés postvacacional

En primer lugar, hay que intentar minimizar la brusquedad en los cambios en las rutinas y horarios. Es decir, no tener amplias variaciones en los horarios de sueño, horarios de comidas, ejercicio físico, tipo de dieta y, en definitiva, en todo aquello que hacemos diariamente y que condiciona el funcionamiento de nuestro organismo.
En segundo lugar, la vuelta a la actividad ordinaria será más dura cuanto mayor sea nuestra insatisfacción con la rutina habitual del resto del año. Este es el componente psicológico más difícil de controlar, especialmente porque tendemos a utilizar el tiempo de vacaciones como un momento de evasión total, aparcando nuestros problemas en lugar de solucionarlos. Cuando llega el momento de retornar, descubrimos que los problemas siguen ahí y no podemos evitar sentirnos mal al comparar el momento de evasión con la dura realidad cotidiana.
Debemos ver este momento de decaimiento temporal como una oportunidad ideal para replantearnos nuestros principales objetivos en la vida. A menudo, no son los problemas aparcados temporalmente lo que nos atormenta sino la falta de problemas o de cualquier objetivo, que nos hace sentirnos inútiles. Es necesario que reflexionemos y nos fijemos unas metas a largo plazo. Estas metas pueden ser finalizar unos estudios, aprender un idioma, alcanzar nuestro peso deseado, obtener una promoción en el trabajo… Además de fijar el objetivo a largo plazo, para no caer en la frustración, debemos fijar unas metas intermedias que nos ayuden a alcanzar el objetivo.
Por ejemplo, si nos proponemos aprender inglés tendremos que empezar por buscar academias, comparar precios y encontrar un hueco en la agenda para poder asistir a las clases. El objetivo a largo plazo podría ser conseguir el first certificate, y los objetivos intermedios matricularnos en una academia en un plazo de 15 días, asistir a clases 3 días a la semana y ver una película a la semana en versión original.
El mero hecho de iniciar estas acciones hará que nos sintamos mejor y que afrontemos nuestra vida con la motivación necesaria para superar las dificultades. Las metas deben ser realizables y los plazos lo suficientemente ambiciosos para ponernos las pilas pero sin llegar al extremo de percibirlos como algo irrealizable.
1 comentarios:
Creo que es más relevante en la depresion post-vacacional el hecho de haber estado en un entorno muy diferente al normal, pues estábamos de vacaciones, que el retorno al trabajo. Si pudiéramos mantener el entorno "vacacional" y al mismo tiempo trabajar, esta depresion no surgiría o al menos, en menor medida, como es el caso de los profesionales que trabajan desde casa, estando su hogar en un entorno muy agradable. Yo mismo lo he experimentado.
Para sintetizar, me refiero a que nos afecta más el hecho de haber estado en la playa y luego volver a la ciudad. Si pudíeramos trabajar desde la playa, la depresión-postvacacional no surgiría o surgiría en mucho menos medida.
Marcos Fragua
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